El patrimonio histórico y cultural de París refleja el papel fundamental que, a lo largo de los siglos, la capital francesa ha jugado en el desarrollo de la historia y de la cultura de toda Europa. Obviamente, es imposible pensar descubrir y conocer toda esta riqueza en pocos días. El riesgo, especialmente en ciudades tan ricas de lugares de interés, monumentos y museos, es el riesgo que siempre corren los turistas menos atentos, que en un par de días pretenden ver todo lo que merece una visita. Si tu plan es pasar un fin de semana en la capital francesa, no tengas prisa, no hagas planes de “misiones imposibles”, sino organiza y elige bien lo que más te interesa, o si todo te interesa (no es fácil escoger en frente de tanta belleza), simplemente elige el punto desde el que quieres empezar. Admira, contempla, párate y disfruta. No te preocupes si no has visto todo, tendrás una razón más para volver una y otra vez: hoy en día también destinos que no son muy económicos, como París, están más cerca, por un lado, gracias a los vuelos low cost, por otro, gracias a la oferta, cada día más amplia, de alquileres de vacaciones. Buscando en Internet se pueden encontrar fácilmente diferentes webs de apartamentos en París a precios muy asequibles, especialmente si viajas en grupo y alquilas un piso con varias habitaciones, y si aprovechas la oportunidad de utilizar la cocina del apartamento en lugar de comer siempre en los restaurantes mayor será el ahorro.
Un posible itinerario, que te llevará al descubrimiento de algunos de los mayores atractivos de la ciudad, es seguir los lugares más emblemáticos relacionados con el Impresionismo, que desde la segunda mitad del siglo XIX aportó fundamentales innovaciones en el arte pictórico y del que París fue la cuna. Puedes empezar tu recorrido en los barrios de Montmartre y de Batignolles, en el norte de la ciudad, para descubrir lugares y rincones que inspiraron los artistas. Si tienes bastante tiempo, el itinerario puede seguir en localidades fuera de la ciudad: Chatou, a orillas del Sena y del Marne, donde se había establecido Renoir; Auvers-sur-Oise, cuyos edificios Van Gogh había pintado; Seine-et-Marne, departamento al este de París, que inspiró Sisley y Millet.
Pero lo que no puede faltar en tu itinerario dedicado al descubrimiento del Impresionismo es una visita al Museo de Orsay, uno de los mayores museos de la ciudad. Se encuentra ubicado en una antigua estación de tren construida a finales del siglo XIX y su colección, dedicada a obras de arte de la época entre 1848 y 1942, destaca sobre todo por la incomparable sección de pintura impresionista y post-impresionista, una de las mejores del mundo. Cezanne, Monet, Renoir, Degas, son solamente algunos de los nombres ilustres cuyas obras maestras están expuestas. Si el primer objetivo de tu escapada es visitar el Museo d’Orsay, lo mejor es reservar un apartamento París en la zona: busca alojamiento en la orilla izquierda del río Sena, por ejemplo en el barrio de Saint-Germain. Muy cerca, en la otra orilla del río, se encuentran los jardines de Tullerías y el Museo del Louvre.