Una verdadera revolución informativa y el frenesí periodístico está siendo causado por las filtraciones de Wikileaks sobre miles de cables entre las embajadas norteamericanas y el Departamento de Estado.
Es bien sabido que los EEUU tienen uno de los mejores (si no el mejor) cuerpo diplomático del mundo, con presencia mediante embajadas, consulados y oficinas de representación comercial en prácticamente todo el planeta. Toda una red cuidadosamente tejida con el objetivo de representar y defender los intereses políticos, económicos y militares, obteniendo todo tipo de información para ello.
A diferencia de las previas filtraciones, sobre las guerras de Irak y Afganistán, en las que ciertamente existió excitación, por parte tanto de los medios de comunicación como de sus lectores, y malestar mezclado con reproches por parte el Gobierno Norteamericano, la situación no había pasado de generar en los altos círculos políticos de Washington una especie de gripe estacional, sin embargo en esta ocasión el fenómeno es ya una pulmonía, debido a la exposición en un solo golpe de información comprometedora y vergonzosa que involucra a más de medio mundo.
Días antes de las publicaciones, Hillary Clinton se había comunicado con al menos una decena de sus homólogos pidiendo disculpas por adelantado (como si esto de avisar fuera a aminorar los enfados). Horas después de que empezaran a circular los comunicados por la red, las llamadas de Clinton se multiplicaban, en una carrera que si a este ritmo seguiésemos, no tendría otra opción que la de contratar un servicio hotline con cientos de teleoperadoras para que le gestionen apropiadamente todas las quejas o arriesgarse a quedar afónica y perder su juicio.
La filtración podría considerarse correcta o no, dado el carácter privado de los documentos, pero desde el punto de vista jurídico y bajo la perspectiva de la Constitución de los EEUU, difícilmente pudiera considerarse un delito haber hecho públicos los documentos. El primer Amendment garantiza entre otras cosas la libertad de prensa y de expresión.
Sin embargo, todo lo contrario parece estarse cocinando. Existen serios rumores de que los EEUU tienen ya lista o preparan una orden de búsqueda y captura en contra de Julian Assange fundador de Wikileaks, se habla de que solo están esperando el lugar y el momento preciso, que otorgue mayores posibilidades de extradición. Paralelamente, estamos siendo testigos del intento por todos los medios posibles de acorralar y estrangular a Wikileaks en la red. La semana pasada los servidores de Amazon dejaron de prestar el servicio a Wikileaks bajo el argumento de que se habían violado los acuerdos contractuales. Posteriormente Wikileaks fue abandonado por su proveedor de dominio debido a continuos ataques y su principal dominio Wikileaks.org ya no funciona.
En pocos días, el Gobierno norteamericano se está cargando las garantías legales de la libertad de expresión, una de sus principales tradiciones y pilares dentro y fuera de sus fronteras. Frecuentemente EEUU critica a todo tipo de gobiernos totalitarios, que censuran la libertad de prensa, China, Cuba, Venezuela, por ejemplo. ¿Pierde el Gobierno norteamericano autoridad moral para continuar haciendo estos señalamientos? En lo sucesivo ¿Qué actitud asumirá hacia este tipo de países? ¿Podría volver a criticarlos sin esconder la mirada?, en todo caso, no es difícil de imaginar el tipo de respuestas que encontraríamos.
Son graciosas las reacciones de algunos gobiernos al comentar sobre la forma con la cual los EEUU maneja su política exterior, cómo si no lo supiesen, como si ellos mismos lo hicieran de una manera distinta. Muchas de estas notas eran verdades sabidas por todos, como por ejemplo: las opiniones de altos dirigentes del PP y sus dudas sobre si Rajoy es el hombre adecuado para llevarlos nuevamente al poder en España, o el reconocimiento del gobierno mexicano sobre la posibilidad de perder ciertas zonas del país frente al crimen organizado, así como la corrupción y las luchas internas entre los distintos cuerpos de seguridad, en las que los triunfos de unos son vistos como fracasos para los otros… o la relación Putin-Medvedev en la que el primero es el macho alpha, quien toma todas las decisiones en el Kremlin. Otras, son más sorprendentes como la referente al limitado conocimiento que China tienen sobre Corea del Norte, así como una menor influencia sobre Pyongyang y la posibilidad de que los chinos aceptarían una reunificación de la península bajo dominio de Corea del Sur.
La historia va para largo y los partidarios de Wikileaks crecen en masa. El viernes 3 de diciembre The Guardian anunció una aparición online de Assange para responder a preguntas de los lectores, la sesión pudo llevarse a cabo, no sin el retraso de varias horas por la saturación de la web. Una de las preguntas giraba en torno a si existía alguna clase de segunda línea de activistas que pudieran continuar con la distribución de la información en caso de que el primer círculo de wikileaks fuera censurado. La respuesta fue que toda la información ya ha sido distribuida a de forma encriptada a más de 100.000 personas. De sucederle algo a los trabajadores de wikileaks, las partes clave serán liberadas de forma automática. Además comentó, que los archivos ya se encuentran en manos de múltiples organizaciones periodísticas [preguntaré a mi buen amigo Jaime Guisasola fundador de Periodismo Independiente, si estamos incluidos en este selecto grupo (sarcásticamente por supuesto)] entre las que pudiera imaginar por ejemplo a El País, Le Monde, The Guardian o DerSpiegel quienes fueron los primeros medios en publicar las filtraciones. Siguiendo la misma argumentación que pretende hacer el gobierno norteamericano, en la que Assange y wikileaks son criminales o por lo menos deben de ser combatidos por todos los medios posibles, haciéndoles la vida imposible por transmitir y publicar información confidencial y privada, ¿acaso estos mismos diarios también serán perseguidos por el Gobierno norteamericano? ¿Acaso cualquier diario que comienza a publicar parte de la información, tiene responsabilidades legales? ¿Acaso yo mismo, ya soy visto como un criminal por escribir en referencia a este tema y citando algunos de los comunicados? ¿Acaso tú también ya eres culpable por haber leído este artículo? Si así lo fuera, lo siento…
Excelente articulo, definitivo esto apenas empieza y no sabemos de que sea capaz el gobierno de USA, tendra que medir con la misma vara que ellos han medido y es ahi donde nos daremos cuenta que solo cuando le conviene actua de manera energica.
El Terrorismo esta, gracias a la colaboracion de muchas naciones que usan ese medio, como parte de exterminio a otras naciones.
Si en verdad quisieran terminar con el terrorismo, ya estarian haciendo algo aqui en America del Sur, como Venezuela,Bolivia,Ecuador, Argentina Y con Colombia que tiene el peor amigo que es el Terrorismo de las Farc.
Estos paises mencionados dan apoyo al terrorismo Islamico, Chavez con Ben Laden, es un poroto.