Sinceramente, albergo muy pocas esperanzas de que la penúltima estratagema de la banda terrorista ETA para ‘colarnos’ un partido político en las próximas elecciones no tenga éxito. Digo esto porque la autodenominada izquierda abertzale ha actuado como el estudiante que se presenta a su examen conociendo de antemano las preguntas y, por lo tanto, difícilmente puede suspender.
Las cabezas visibles de la formación se han encargado de dirigir el discurso ideológico de sus estatutos por una senda desdibujada, con el objeto de esquivar el sesgo, quizá poco contundente, de la Ley de Partidos. Se trata de un paso lógico que tarde o temprano acabaría dando el brazo político de ETA, cuyos componentes llevan años demostrando su falta de escrúpulos y humanidad, y a los que no les tiembla el pulso a la hora de poner negro sobre blanco tres o cuatro medio verdades para rebasar el listón legal. Ejemplo de ello es el argumento que esgrimen desde Sortu para eludir cualquier tipo de referencia a su historia terrorista, asegurando que rompen totalmente con el pasado. Algo que no deja de sorprender cuando son las mismas caras de siempre.
Me gustaría que hicieseis un ejercicio de reflexión sobre el artículo 3-B (Actividad externa), dentro del capítulo primero en el que se encierran las bases ideológicas de Sortu. En él no aparece ni una sola vez la palabra “condena”. En lugar de ello se echa mano de un eufemismo en forma de “rechazo” a la violencia, al terrorismo y a sus autores. Algo que carece de valor cuando apenas unas líneas antes el documento se refiere a ETA como una organización, sin más. De modo que si Sortu rechaza el terrorismo pero no considera a ETA una banda terrorista, ¿harán público sus portavoces políticos el rechazo del partido a futuribles actos violentos (kale borroka, extorsión, secuestro y/o asesinato) por parte de Euskadi Ta Askatasuna? Quizá lo hagan cuando se vean “agredidos” por el Estado de Derecho español a través de los cuerpos y fuerzas de seguridad que, pese a una posible legalización de Sortu, confío en que no cesen en su encomiable labor por desintegrar todos y cada uno de los eslabones que componen ETA.
El mismo día en que se hacían públicos los estatutos de Sortu se pudo escuchar a Rubalcaba dirigirse a sus señorías en los pasillos del Congreso de los Diputados para que valoraran el paso que se había dado por parte de los abertzales. Pero yo me pregunto si no se trata de un paso ficticio, un mero trámite para volver a las instituciones públicas cueste lo que cueste. Una vulgar trampa como la que lleva a cabo ese estudiante que sólo busca aprobar y al que no le importa en absoluto lo que dice la lección.
Pues la verdad es que yo creo que esta gente venderia su alma al diablo para tener el dinero que un escaño en el parlamento podria proporcionarles, dicho lo cual, si se quiere llegar a un entendimiento entre dos partes ambas han de ceder, la duda es hasta donde…
Creo que es un poco precipitado afirmar que el nuevo partido de una parte de la izquierda abertzale, recordemos que la otra, Aralar, ha renunciado al terrorismo como arma política para conseguir sus objetivos, el de aquellos que todavía se consideran filoetarras pese a rechazar ahora la violencia va a poder concurrir a las elecciones municipales en Euskadi y parte de Navarra. El proceso judicial está abierto y de momento no se ha escuchado a nadie del gobierno decir que apoya su concurrencia. Y de todas formas es el Tribunal Supremo quien debe decidir. La Fiscalía ya ha dicho que piensa recurrir en marzo al considerar a Sortu como “una continuación de Batasuna” lo que contravendría la sentencia de ilegalización de HB/EH/Batasuna, dictada por el Tribunal Supremo en marzo de 2003. Esperemos acontecimientos pero no seamos pájaros de mal agüero!!!
Por otra parte, si consideramos que ETA está detrás de este movimiento para intentar estar en las instituciones y tenemos en cuenta que la nueva formación rechaza la violencia, pese a no condenarla y tampoco deslegitimar la acción armada del pasado, podemos concluir que la organización terrorista dentro de su seno está apostando por métodos políticos y no violentos. Y que eso nos llevaría a un escenario futuro sin ETA. Arriesgada conclusión, cierto, pero tan válida como pensar lo contrario y aunque los antecedentes inviten a ser pesimistas, creo iluso pensar que una banda como ETA, que aun cuenta con un pequeño respaldo social, vaya a desaparecer de la noche a la mañana. Como también lo es que habrá nuevos dirigentes políticos abertzales, surgidos como setas, sin vinculación con el pasado. Eso será responsabilidad de las nuevas generaciones políticas que nos sucedan.
Estoy de acuerdo contigo Xandre
Al final se presentó Bildu en vez de Sortu y sacó 330.000 votos. Menudo país…