Alberto Lebrón (Pekín) – Siento realmente aparecer tan esporádicamente en esta página amiga donde todos podemos hacer Periodismo Independiente, compartir opiniones y, sobre todo, conocimientos. Comentaba recientemente Jaime Guisasola que unos minerales denominados “raros”, básicos para ciertas tecnologías, están determinando la siempre compleja relación bilateral chino-japonesa. China posee el monopolio. Y Japón los necesita imperiosamente para su producción tecnológica. Ambos países se necesitan mutuamente (más Japón a China) pero existen demasiadas fricciones entre ellos actualmente. Muchos japoneses perciben a los chinos como un pueblo inferior. Y muchos chinos piensan que Japón desearía someterlos esgrimiendo aquella razón. La II Guerra Mundial resulta clave para comprender las actuales relaciones entre Tokio y Beijing.

Por ello, cualquier mínimo roce entre ambas potencias tiende a magnificarse. Ahora, los contactos bilaterales entre ambos países continúan suspendidos. Semanas atrás, guardias costeros japoneses interceptaron un mercante chino mientras navegaba por unas islas llamadas Diaoyu (denominación china) o Senkaku (denominación japonesa). Dicho archipiélago está situado justamente entre Okinawa (Japón) y Taiwan, quien también reclama su soberanía. Diaoyu-Senkaku tiene también abundantes recursos naturales. Como podéis deducir, determinar su soberanía resulta harto complicado.

Japón liberó recientemente al citado capitán chino pero todavía tenemos una relación bastante gélida entre ambos países. Misteriosamente, China congeló las exportaciones de minerales raros hacia Japón durante este conflicto. Desde Tokio, alarmados, decidieron inmediatamente después cerrar un acuerdo con Mongolia para suministrar dichas materias primas. Ulan Bator también tiene reservas, aunque su industria está menos desarrollada. Quizás, sea momento de desarrollarla y experimentar allí otro milagro económico. Algunos indicios, como salidas a bolsa de importantes mineras mongolas, señalan que algo podría estar moviéndose.

China adelantará a Japón en 2010 como segunda economía mundial. Japón siempre fue considerado un enano político aunque económicamente brillante. Pero, desde los años 90, también viene perdiendo peso económico a pasos agigantados. China se impone por tamaño territorial, demográfico y económico. Esto puede hacer que muchos países busquen “protección” en EEUU. El sudeste asiático viene haciéndolo históricamente. India es aliada incondicional. Japón también, por razones históricas de todos conocidas, como Corea. Y Mongolia, quizás, por pura rebeldía. Sin embargo, Tokio quería empezar a desligarse de EEUU. Yukio Hatoyama, antiguo primer ministro japonés, empezó a presionar sobre las bases americanas en Japón. Aunque Naoto Kahn, su actual sucesor, parece haber abandonado dicha política. Del “queremos acercarnos a China” hemos vuelto, definitivamente, al status quo anterior. China continúa sola aunque tampoco necesita grandes alianzas. Y Japón, decadente, vuelve al amparo americano.

El Pacífico, queridos amigos, tiene dos ejes: Pekín y Washington. E iría más allá. EEUU parece estar dando prioridad al Pacífico sobre la también decadente Europa. Cuando Obama y Wen Jiabao se reúnen, suelen hablar exclusivamente sobre problemas globales. Señores, el mundo está cambiando aquí. Y España debería impulsar su relación con Asia Oriental. Sobre todo porque tenemos un interés común llamado América Latina.

A continuación, quiero dejar colgado este testimonio propio de dos expertos chinos sobre Japón. Obviamente, una manera inmejorable para entender mejor el feeling existente entre ambos países. Porque, aunque siguiera escribiendo 100 líneas, nunca podría trasladaros el sentimiento profundo existente entre China y Japón. Insisto, segunda y tercera potencia económica mundial, respectivamente.

VGCHINAJAPON from Alberto Lebrón on Vimeo.