Hacía tiempo que me apetecía ver esta película, después de haber leído numerosísimas críticas favorables en los últimos meses. Es la historia de una niña obesa, analfabeta y negra cuyos hijos son fruto de las violaciones a las que era sometida por su padre en el ámbito familiar. Tremenda, desgarradora, íntima, personal, eran algunos de los adjetivos con los que numerosos críticos del mundo entero calificaban esta película, que ha sido tildada de obra maestra por mucha gente. Así que, con alegría, me dispuse a verla esperando un rato de buen cine. Decepción absoluta. No por que la película no muestre un problema serio, ni porque no sea personal. La película es sencillamente un coñazo absoluto. Hacía mucho tiempo que no me tragaba un bodrio tan infumable como Precious. Y es que el principal problema que tiene esta película es que es muy aburrida y que en ningún momento siento empatía por la protagonista, muy al contrario, casi me alegro cuando sufre humillaciones y vejaciones puesto que la película es un coñazo impresionante, no pasa nada, y muchas situaciones que se plantean son absolutamente por la cara.

A todo esto hay que añadirle el pésimo trabajo de doblaje que se ha hecho en este caso. He visto la mitad de la película en español y la otra mitad en inglés, y es chocante como en inglés la protagonista tiene una voz absolutamente normal, pero en el doblaje al español incomprensiblemente, le han puesto voz de mongólica. Si ves la película en español puedes confundirte, y no saber si el problema de la película es sobre obesidad o sobre síndrome de down, que es lo que la protagonista parece que tuviera cuando la oyes hablar.

La gran cagada de esta película es que muchos directores creen que hacer una película que trate problemas de sociedad, o que hable de los más desfavorecidos es hacer cine íntimo y personal, independiente, y así, toda la crítica cae como pardillos y te dicen que es conmovedora y dura, y mil adjetivos más, y olvidan el adjetivo principal que viene a la mente después de ver esta película: auténtico coñazo.

Un error muy común de nuestros días es endiosar películas de cine independientes y de estudio sólo por el hecho de que son independientes y que no tienen el dinero de las grandes producciones. No debemos olvidar que aunque hay películas my buenas de estudio, la gran mayoría son una basura que luego tienen éxito porque, al igual que Precious, sacan a relucir problemas que no se ven en las otras películas o que son políticamente incorrectos.

Todo lo contrario me ocurre con la mejor película de los últimos tiempos, esta es, Inglorius Bastards, que he vuelto a ver en versión original hace poco. Vaya clase magistral de cine que nos da el señor Tarantino que supera en esta última película lo que parecía insuperable. Menos violencia que en otras cintas, pero una clase magistral de lo que deben ser unos diálogos excepcionales. Precious e Inglorius bastards, la cara y la cruz de lo que se puede ver hoy en día.

Para acabar, aquí dejo la mejor definición que he escuchado en mi vida sobre cine independiente, sacada de un capítulo de south park donde Trey Parker y Matt Stone, por boca de Cartman dicen lo siguiente:

“películas independientes son películas en blanco y negro, hechas por hippies, donde salen vaqueros gays comiendo pudding“