Hoy voy a hablaros de uno de los lugares a donde menos me gusta ir, a la clínica del dentista. Por las razones que sean, siento un pavor hacia el dentista que no puedo controlar. No me gusta ir al dentista y nunca me ha gustado. Las razones son obvias, no me gusta que me hurguen en la boca, no me gusta los ruidos que hacen esos aparatitos que utilizan contra mis dientes, no me gusta que me pongan anestesia, ni la sensación que me queda en la boca cuando la tengo anestesiada, tampoco me gusta que no me pongan anestesia, porque entonces el dolor no hay quien lo aguante. En fin, que me pongo como me ponga y escoja la variable que escoja el dentista esta entre los médicos que más odio. Dicho lo cual, no odio a mi dentista, pero si sus actuaciones y no porque sea él, pues da lo mismo quien las llevase a cabo que iba a sentir el mismo sentimiento de odio.
Tal vez el problema principal es que solía pensar que la boca es uno de esos lugares que se debe dejar para el último momento, hoy ya he aprendido que eso es un error. Cuanto antes solventemos algún problemilla que estemos notando en la boca mejor, porque si esperamos al último momento entonces lo vamos a pagar caro. Al menos, esto es lo que recomienda la SEPA.

Dicen que el padre de la odontología Pierre Fauchard ya describía en su libro “La cirugía dentista y el trato de los dientes” más de 100 enfermedades diferentes que se pueden tener en la boca, lo que evidencia lo delicado y sensible de nuestros dientes. Por otro lado, la historia de la odontología moderna apenas se remonta un par de siglos atrás y a pesar de ser mucho más avanzada en nuestros días que hace dos siglos, en donde por ejemplo no existían los implantes, muchas veces se sigue utilizando las técnicas de extirpar dientes o muelas de antaño.

Dicho lo cual, el los últimos meses he empezado a sentir más simpatía al ir al dentista gracias a una clínica dental en Alcorcón en donde me están tratando estupendamente. El servicio de implantología que ofrecen me está solucionando un problemón que tenía y ahora puedo decir que voy con más confianza a ver al dentista. Así que ya lo sabes, si tienes un problema en la boca, lo mejor es que visites a tu dentista y que lo soluciones cuanto antes, que deposites tu confianza en él y que te dejes llevar. Si lo dejas estar hasta que no puedas más el problema se habrá agravado tanto que la solución será mucho más fastidiada.

Mi abuelo solía decir que había que evitar ir al médico y tomar medicamentos todo lo posible. Al primero decía que había que evitar visitarlo porque si no tenías nada ya hacía él por encontrarte algo y a los segundos había que intentar no recurrir porque cuando de verdad los necesitases no te iban a hacer efecto. No se si realmente tenía razón, pero lo que está claro es que en el caso del dentista cuanto antes soluciones tus problemas buco dentales mejor para tu sonrisa y para tu salud mental, pues al fin y al cabo, uno puede acabar perdiendo la cabeza con los dolores de muelas.