Realizan estudios, construyen plantas, trasladan equipos, organizan sistemas de producción y distribución con el objetivo de conseguir beneficios. La búsqueda de ganancias es el motor y el incentivo de toda empresa, pero ello, en vez de perjudicarnos, nos beneficia porque invierten dinero, trasladan tecnología, generan empleo y contribuyen al desarrollo económico de una nación. Los países que saben atraer la inversión extranjera mediante seguridad jurídica, bajas cargas impositivas y facilidades de todo orden son los que han logrado los más altos niveles de desarrollo económico y social. En cambio, los países más atrasados del planeta tienen como rasgo común la ausencia de inversiones extranjeras.
Países como China o la India se han convertido en polo de atracción para las empresas multinacionales, las cuales están contribuyendo al crecimiento espectacular de sus economías y a la reducción acelerada de la pobreza, mientras que las políticas de corte populista y nacionalista surgidas últimamente en América Latina las ahuyentan.
Si a ello agregamos males endémicos de nuestra realidad como la corrupción, la inseguridad jurídica, las amenazas a la propiedad privada, el exceso de regulaciones y de trabas burocráticas, y la rigidez de la legislación laboral, en el mundo globalizado de hoy, cada vez más competitivo, llevamos todas las de perder. Pero, por encima de todo, la superstición ideológica propia del marxismo y de todas sus variantes es lo primero que conviene demoler. Si tomamos el ejemplo de Cuba o Corea del Norte, se hace evidente el fracaso de estas ideologías totalmente obsoletas y divorciadas de la realidad.
Este artículo viene de la siguiente serie: Mentiras al desnudo.
1 comment for “Mentiras al desnudo: Las empresas multinacionales constituyen una nueva forma de colonialismo”