El 96% de energía que consumen los vehículos proviene de los combustibles fósiles. El gasto generado por la importación de crudo ascendió en la Unión Europea a 210.000 millones de euros durante 2010. En España esta gasto representó un desembolso de 25.500 millones de euros. Y eso que la dependencia de las fuentes no renovables, carbón, nucleares y ciclo combinado cada vez es menor. El pasado año, el 32, 6% de la energía producida en España provino de las renovables.

La Comisión Europea se ha propuesto desterrar los vehículos de combustión para el año 2050. Con ello se lograría minimizar la dependencia energética del exterior y reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera. Es una propuesta de Siim Kallas, Comisario Europeo de Transporte; pero ¿cómo lograrlo?

Mediante la generalización de los vehículos híbridos y eléctricos. También cambiando el sistema de transporte. Para ello se ampliarán los peajes en el centro de las grandes ciudades algo que ha dado buenos resultados en Londres. Pero el proyecto es más ambicioso. Para 2030 se pretende que el 30% del transporte por carretera pase al ferrocarril. 20 años después, en 2050, los viajes por carretera deberían emplearse exclusivamente para desplazamientos inferiores a los 300 kilómetros.

El director de análisis de renta variable de Inverseguros, Alberto Roldán, lo considera completamente inviable. En Europa el parque móvil ronda los 200 millones de vehículos para una población de 300 millones. Supondría reducir 5 millones de vehículos al año. Para ello serían necesario fuertes inversiones en la industria y subvenciones a los consumidores. Una quimera tal y como está la situación económica.

Otros son más optimistas y piensan que con estas medidas, las ventajas se multiplicarían. Según un estudio de CCOO, los empleos relacionados con la movilidad sostenible podrían duplicarse de aquí al 2020 hasta los 450.000 sólo en España si se apuesta con firmeza por los vehículos sostenibles

¿Dónde está la bicicleta en estas políticas?.