La bancarrota de Newt Gringrich

Newt Gringrich Newt Gingrich era candidato republicano a la presidencia estadounidense. Y en ese camino también era un acaudalado empresario de éxito que puso el foco en la clase media. En ambos casos era, porque ni opta ya a ser el jefe de la Casa Blanca, y el teórico éxito de sus empresas se ha tornado en un proceso de bancarrota.

Newt Inc es el holding bajo el que aglutina varias compañías de distinta naturaleza cuyas transacciones alcanzaron en la década pasada los 100 millones de dólares. Superaba porque las deudas han alcanzado a las filiales bajo poder de Gingrich y la bancarrota amenaza el futuro del holding. A una de ellas, Center for Health Transformation, un lobby para asesorar sobre políticas sanitarias, ya le ha alcanzado, proceso que oficializó el pasado 9 de mayo en un juzgado de Atlanta después de no poder afrontar 6,4 millones de dólares que Gingrich pretendía obtener por vender su participación y paliar su incierta situación financiera.

Pero este es solo uno de los conglomerados que se encuentran en la diana para echar la persiana ya que el juez está estudiando la situación legal del resto, controladas bajo el paragüas de Callista Gringrich y Gingrich Productions. Media docena de empresas asociadas a Gingrich están en una delicada situación económica, a lo que hay que unir el alto coste de su fracaso electoral: tras su retirada a principios de mes de la carrera republicana, la deuda de su campaña cabalga hacia los 5 millones de dólares, al tiempo que su Comité de Acción Política también ha entrado en números rojos. Una delicada situación financiera no sólo para el Gingrich político, abandonado por el electorado republicano, sino también para el Gingrich empresario, olvidado ahora también por sus socios financieros.

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