Diversos centros de arquitectura han llevado a cabo estudios e investigaciones sobre el efecto que tienen las viviendas en las vidas de las personas. En España, por ejemplo, se ha llegado a la conclusión de que en torno al 80% de las viviendas son poco sanas. En Hungría este porcentaje es superior al 90%. Como apunta Ertsey Attila, arquitecto del estudio Kör KFT “queda un largo camino por recorrer, no sólo en la construcción de nuevas eco viviendas, sino en la renovación integral de gran parte del tejido inmobiliario del país. En muchos casos sería mejor derribar los edificios y construirlos de cero que acometer su renovación, aunque esto es imposible por causas económicas y sociales”. Además las dificultades económicas que están atravesando muchos países europeos, entre ellos Hungría, han limitado tanto la renovación de inmuebles como la construcción de nuevos. “Espero que el próximo año la economía se recupere y haya más dinero para esta clase de proyectos sostenibles” zanja Attila, que ha visto cómo la falta de liquidez frenaba uno de los proyectos más importantes en los que participaba, la construcción de la nueva sede del Gobierno húngaro, un edificio sostenible y que conllevaba un plan más ambicioso, renovar los edificios aledaños”.
Incluso la comunidad médica ha alertado de las enfermedades y trastornos que se derivan de la mala ubicación de los solares de los edificios: La construcción de una vivienda en una zona denominada geopatógena (esto es, ubicada en una corriente de agua o sobre masas de minerales), puede conllevar trastornos del sueño, falta de descanso, estrés, pérdida del cabello, mareos, dolores de cabeza o de espalda. Las patologías van asociadas directamente a esta construcción poco sostenible y que no respeta el medio ambiente. Luego todo influye a la hora de crear un nuevo edificio.
La elección de los materiales es básica a la hora de demostrar la conciencia ecológica del diseñador de un nuevo inmueble. Los mejores materiales son los más naturales, los de toda la vida, siguiendo los nuevos avances tecnológicos e integrándolos en el medio. En la arquitectura de hoy en día, los nuevos bloques se construyen teniendo más en cuenta el tiempo y el impacto económico que el respeto por la naturaleza. Es la cultura del dinero y la inmediatez. En las construcciones ecológicas los materiales predominantes son la madera, la cerámica, la tierra, las fibras vegetales o el vidrio. Materiales tradicionales, verdes, no contaminantes y fácilmente reciclables. ¿Alguien ha tenido en cuenta el costo económico de desmontar y tratar de reciclar un antiguo bloque de edificios de la época comunista? Sencillamente es mejor dejarlo abandonado que tratar de acometer esta obra. Su coste sería estratosférico. La nueva eco arquitectura deja atrás materiales como el hierro, el cemento, el plástico o los tejidos sintéticos. Son más caros de producir y altamente contaminantes. La apuesta es clara: materiales transpirables, no contaminantes, reciclables y otro factor importante: autóctonos.
El empleo de materiales autóctonos es fundamental para el arquitecto Erstey Attila. En primer lugar se generan puestos de trabajo y se reactiva la economía de las zonas de extracción de estos materiales en el propio país. En segundo lugar, se ahorran los costes económicos pero también ecológicos del transporte de estos elementos. No es lo mismo el nivel de contaminación que se genera transportando el vidrio necesario para construir un barrio entero desde Portugal a Hungría que si esta cantidad de cristal se fabrica y confecciona a escasos kilómetros del lugar final donde se ubicará.
Las viviendas que siguen las pautas bioclimáticas son capaces de limitar el consumo energético entre el 50 y el 90% del total. La orientación de las casas es algo muy importante. Así se consigue aprovechar al máximo la energía potencial del Sol. Este astro, aporta luz natural y calor. Si se tiene en cuenta la orientación solar, además de la colocación de puertas y ventanas y la distribución de las habitaciones dentro de la casa, el ahorro puede ser incluso superior. Los estudios demuestran las ventajas de ubicar de la siguiente manera las diversas estancias de la vivienda, para aprovechar al máximo los recursos naturales:
-La zona del salón y el porche al sur
-Cocina y comedor al sureste
-Baños y pasillos, al norte o noroeste
Así se aprovecha mejor la energía generada por el Sol y se optimizan los recursos internos, haciendo menos necesaria la calefacción en invierno y el aire acondicionado en los meses estivales.
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