La gran arteria sobre la que se vertebra la ciudad de Budapest es un río, el Danubio. Su cauce posee 2.888 kilómetros de longitud. Es un inmenso río, uno de los más caudalosos de Europa. En su recorrido atraviesa 9 países del viejo continente, con una cuenca total que supera los 817.000 kilómetros cuadrados. Posee un caudal medio de 1.078 metros cúbicos de agua. Esas aguas están severamente contaminadas, ya que millones de personas se abastecen de su corriente. Además, el Danubio pasa por algunos grandes núcleos urbanos de población, como Novi Sad o Belgrado, en Serbia, Viena, capital de Austria o la propia Budapest. La primera ciudad de Hungría, con sus dos millones de habitantes ha tratado de revertir la polución que vierte a su cauce. Para ello se ha creado la iniciativa Living Danube, un proyecto de recuperación y gestión ambiental sostenible en el Río Danubio.
Se trata de una inmensa factoría de tratamiento y purificación de las aguas que se ha localizado en el distrito de Csepel. La planta es una de las mayores de toda Europa y posee la tecnología más puntera del mundo en materia de limpieza de aguas.
Living Danube ha contado con la colaboración de fondos europeos, para elevar el presupuesto hasta los 500 millones de euros. Su objetivo es la recuperación y mejora medioambiental de las aguas que se vierten al Danubio. Gracias a la construcción de este proyecto, en la cara norte de la isla de Csepel, se ha conseguido regenerar entre el 92 y el 96% de las aguas residuales que ahora se vierten al río en mejores condiciones ecológicas y medioambientales.
Pero el proyecto Living Danube no sólo es sostenible por su función, depuración de agua. Estas centrales de aguas residuales son algo frecuente en la mayor parte de las ciudades de los países desarrollados. La principal característica de esta factoría es que ha sido construida siguiendo los parámetros de la arquitectura sostenible. El rasgo más característico es su techumbre. La gran cubierta de la factoría, alrededor de 10.000 metros cuadrados, ha sido forrada por un tupido manto verde de vegetación. Según datos de la empresa Dupont, constructora de esta estructura, los techos verdes como el de Living Danube contribuyen a absorben gran parte de las partículas de polvo y otros materiales contaminantes que flotan en el ambiente. Además, son fundamentales para luchar contra otra clase de contaminación, la acústica, ya que la gigantesca maquinaria que se emplea para la filtración de las aguas genera muchos decibelios de ruido, que perturban la calma del ecosistema cercano. Por otro lado, esta techumbre de plantas y césped es capaz de retener hasta el 90% de agua de lluvia que cae sobre ella, por lo que se evita la pérdida de este líquido elemento a través del sistema de alcantarillado.
Pero es que las ventajas de esta construcción sostenible van más allá: la vegetación que se ubica en el techo de la central de tratamiento de aguas consume dióxido de carbono, como el resto de las plantas y genera oxígeno. Además contribuye al aislamiento del propio edificio que a su vez necesita emplear menos energía para mantener sus sistemas de calefacción y refrigeración. Ese manto es a su vez protector contra los elementos de la naturaleza y alarga la vida útil de la central. Aquí tenemos un claro ejemplo de cómo la nueva concepción de la arquitectura sostenible es capaz de aunar modernidad, vanguardia y sostenibilidad. Este proyecto sobre el río Danubio conjuga la más avanzada planta para el tratamiento y purificación de la contaminación del río. Pero lo más novedoso es que el edificio está diseñado siguiendo los parámetros de la arquitectura ecológica, por lo que no solamente su cometido, sino el edificio en sí, está contribuyendo a hacer del mundo un lugar más sostenible.
Me están encantando los artículos de arquitectura sostenible, va a haber más?
Claro, hay una serie de 9, y solo van 3 lo q pasa es q en vacaciones me da pereza hacer nada. Un saludo y gracias.