La historia de Matthias Sindelar, es el relato del mejor jugador de la historia de Austria y de uno de los mojores del mundo. Su leyenda llega hasta nuestros días como aquel mártir austriaco que se quitó la vida antes de jugar para la Alemania nazi.
Matthias Sindelar nació en el año 1903 en vísperas de un periodo muy convulso. De familia de origen checo, no tardarían mucho en trasladarse a la floreciente Austria, donde su pujante industria daba trabajo a miles de personas. Su primer equipo fue el Hertha de Viena, con el que debutaría en la primera división austriaca a la edad de 18 años. Su paso por el Hertha sería relativamente fugaz. Una crisis financiera arruinó al club que desaparecería poco tiempo después. Sindelar fichó por otro equipo de la ciudad, el Austria de Viena. Con el Austria, llegarían sus mayores éxitos a nivel de club. En el año 1933 y 1936 ganaron dos Mitropacup, la antecesora de la Copa de Europa.
La fama mundial le llegaría gracias a la selección Austriaca. Fue entonces cuando se ganaría el apodo del ‘mozart’ del fútbol. Aquella selección sería bautizada con el nombre del Wunderteam( el equipo maravilla). El sobrenombre de Wunderteam empezaría a fraguarse un 16 de mayo de 1931. Austria se enfrentaba en territorio patrio a una imbatida Escocia. 60.000 espectadores acudieron a aquel encuentro, que pasaría a formar parte de la historia nacional. 5-0 ganaron los austriacos. A este resultado le seguirían un 5-0 y un 6-0 ,ambos resultados frente a Alemania. Un 8-1 contra Suiza , 4-0 contra Francia, Italia 2:1, Belgica 6:1, Suecia 4:3 y un 8:2 frente a un potencia mundial de la época, como era Hungría. Sindelar, delantero centro de aquella selección, alcanzó la categoría de héroe nacional.
Llegaría el año 1934 y el Mundial de Fútbol se organizaba en la fascista Italia de Mussolini. Austria continuo su imparable racha, arroyando a selecciones como Francia o Hungría. El Wunderteam se plantó en semifinales contra la anfitriona. Bajo la mirada del Dutche, el árbitro consintió el único gol italiano, que había sido precedido por una clara falta al portero. A su vuelta a Austria, el equipo fue recibido en loor de multitudes. La figura de Sindelar había alcanzado la condición y la importancia de un ídolo. El eco de su nombre retumbaba en toda Europa. Era sin duda el mejor jugador del momento.
Sus días de gloria no duraron demasiado. En el año 1938 el ejército nazi invadió Austria, anexionándola a Alemania. El Wunderteam fue desmantelado y sus futbolistas serían obligados a jugar con Alemania. Todo aquel club de fútbol que rezumara judaísmo sería clausurado de inmediato. El Austria de Viena no pasó el filtro alemán y tuvo que cerrar. Sindelar jamás sucumbiría a la opresión nazi. Se negó por completo a jugar para Alemania, lo que le costó muchas enemistades. Aún habría un último partido del Wunderteam. Los austriacos se enfrentarían a los alemanes en un partido amistoso, organizado con el fin de mostrar a Europa la supremacía nazi. Los austriacos jugaron bajo la coacción directa de Hitler. Sindelar aprovechó esta oportunidad para ridiculizar a los nazis ante los ojos de Europa. No sólo no se dejó ganar, sino que dio un recital de fútbol.
El escarnio público llegó a tal extremo, que el jugador era capaz de regatearse a toda la defensa, encarar portería, y en lugar de chutar a puerta, se daba la media vuelta para seguir mareando a los contrarios. Había órdenes de no meter gol y Sindelar cumplió a su manera. Finalmente, ‘Mozart’ se cansó de esta mascarada y acabó metiendo dos goles, ganado el partido. La suerte de Sindelar estaba echada. El Tercer Reich no iba a permitir esta afrenta tan descarada. El futbolista fue sometido a una represión draconiana. Sindelar, cansado de huir de las SS, acabó suicidándose junto a su novia en la habitación de un hotel. La gesta del ‘Mozart’ del fútbol todavía resuena en Austria, que nunca olvidará como un solo hombre desafió a todo un Imperio.
Bienvenido Doria. Gran artículo.
Gran artículo Doria. Me encanta. No conocía la historia. Me he emocionado. Olé sus cojones. Qué maravilla. Bien Jaime, me gusta que intervengan los clásicos como Doria!
Bien Dorius!!!
Grande Doria, gran historia. saludos krankerianos
que bueno doria
mis respetos por este gran hombre