5 cosas que debes saber antes de divorciarte

Podríamos comenzar hablando, y resultaría más agradable, de aquellas 5 cosas que se deben tener en cuenta para tener un matrimonio feliz. No obstante la realidad es tozuda, y resulta evidente que en ocasiones los matrimonios se tornan complicados, y a pesar de intentar por todos los medios salvar la relación, la ruptura se antoja inevitable.

Las razones por las que se decide poner fin a un matrimonio son múltiples y diversas, pero deben ser objeto de otro análisis independiente. En este artículo trataremos de explicar los puntos claves para superar este trance de la mejor manera posible.

1) Un divorcio no tiene porque que ser necesariamente “LA GUERRA”.

Ambos miembros de la pareja pueden estar de acuerdo en poner fin al matrimonio, pero también pueden estar de acuerdo en hacerlo de una manera racional y amistosa, lo que será positivo para ellos y sobre todo para sus hijos.

Los divorcios pueden ser contenciosos o de mutuo acuerdo. Un divorcio contencioso es más largo, más caro y más penoso para todas las partes intervinientes.

Debemos tener muy presente, que el divorcio busca disolver el matrimonio de manera organizada y no, utilizarlo como arma para hacer daño al otro cónyuge.

2) El régimen económico matrimonial es clave.

Como regla general si una pareja se casa sin hacer especial mención al régimen económico matrimonial, el régimen aplicable por defecto será el de la sociedad de gananciales.

Si en el matrimonio rige la separación de bienes, cuando ese matrimonio se disuelva, cada uno mantendrá los bienes que eran de su propiedad antes y durante el matrimonio, por el contrario, si existía una sociedad de gananciales, junto con la solicitud de divorcio o en un trámite posterior se hará necesario proceder a la liquidación de dicha sociedad de gananciales.

En ocasiones existe una dura pugna entre lo romántico y lo práctico. Debe ser la pareja quien decida cuál es el mejor régimen económico para su matrimonio.

3) Domicilio conyugal

Como regla general una vez confirmado el divorcio, permanece en el domicilio conyugal la persona propietaria, como es lógico, o en su caso aquella persona que se quede con la guarda y custodia de los hijos, aunque este punto también puede ser negociado o acordado por ambos miembros de la pareja.

Existe cierta tendencia a pensar que siempre es la mujer la que permanece en el domicilio una vez extinguido el matrimonio, ciertamente quien se queda en el domicilio son los hijos y en consecuencia la persona encargada de su cuidado.

4) Pensión de alimentos y pensión compensatoria

La pensión de alimentos consiste en que el cónyuge que no tiene la guardia y custodia de los hijos, debe colaborar económicamente, siempre en función de sus ingresos, en la crianza de sus hijos aportando una pensión al cónyuge custodio.

Por su parte la pensión compensatoria se establece, cuando uno de los cónyuges abandona su trabajo para dedicarse a las tareas domésticas y a la crianza de los hijos, el otro cónyuge una vez se disolvió el matrimonio debe compensar económicamente al otro con el objeto de salvar el desequilibrio económico que esa situación le ha generado.

Resulta oportuno precisar, que la pensión de alimentos es obligatoria, en cambio la pensión compensatoria puede darse o no, en función de las circunstancias particulares de cada caso.

5) Guardia y custodia

La guarda y custodia supone establecer que miembro de la pareja convivirá con los hijos y se encargará de manera habitual de la crianza de los hijos.

La guardia y custodia puede ser ejercida por uno de los progenitores o por ambos conjuntamente, esta decisión de tomará teniendo en cuenta las circunstancias concretas.

En cualquier caso a pesar de que uno de los progenitores no tenga la guardia y custodia, sí mantiene la patria potestad, es decir sigue siendo padre o madre, y por tanto tiene derecho a seguir participando de la educación de sus hijos, acordándose para ello el oportuno régimen de visitas.

Como se dijo anteriormente, cada vez es más frecuente que se establezca una custodia compartida, aunque en la práctica tiene una difícil aplicación ya que a veces los hijos se ven obligados a vivir a caballo entre la casa de su padre y la de su madre, y en otros supuestos, los hijos permanecen en el mismo domicilio y son los padres los que se turnan, lo que también acarrea una serie de inconvenientes.

En definitiva, un divorcio es algo desagradable ya que supone que por las razones que sean un matrimonio llega a su fin, no obstante debemos entenderlo como un instrumento que nos proporciona el Derecho, y que nos ayuda a resolver una relación de manera ordenada.

Este artículo ha sido escrito por un abogado experto en derecho familiar asturiano. Si quiere ponerse en contacto con él porque está buscando un abogado de divorcios en Asturias, puede hacerlo siguiendo el siguiente link.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *