Sobre quiebras, ahorradores y aristocracias bancarias

La historia que os voy a contar es la de un banco de ahorradores estadounidenses, aunque también es la historia que desde principios del siglo XX se viene repitiendo con demasiada frecuencia en los Estados Unidos. Una historia en la que las grandes élites bancarias aprovechan su poder y su dinero en los tiempos de crisis para dejar con los bolsillos vacios al ahorrador de clase media.

Nos situamos temporalmente a mediados de 2007, plena crisis de las subprime.  Los bancos americanos se encontraban luchando por no tener que declararse en quiebra. Entre uno de los bancos más afectados por las hipotecas basura se encontraba Washington Mutual (WaMu), la asociación de cajas de ahorros más grande de los Estados Unidos. Este banco había dejado de funcionar como una mutualidad en 1983 y cotizaba desde entonces en bolsa. A finales de 2007 el banco estaba teniendo grandes pérdidas  pero también tenía una gran base de ahorradores; WaMu era el único banco de Seattle que no había sido absorbido por otros bancos. Estos hechos lo convertían en una firma muy apetecible para dos de los bancos que mejor saben aprovechar las crisis en los Estados Unidos, JP Morgan Chase y Goldman Sachs.

En marzo de 2008, Jamie Dimon, el CEO de JPM Chase, tras negociar la compra de Bearn Stearns mandó a miembros de su equipo para que se reunieran  con Kerry Killinger.  El trato de Dimon para Killinger y WaMu consistía en ofrecer 8 dólares por acción. El precio que Dimon ofrecía estaba dos dólares por debajo del precio al que la acción cotizaba en aquellos días. Las razones que Dimon tenía para lanzar esa OPA hostil eran difíciles de entender en ese preciso instante, pero la acción cayó más y más en los siguientes meses hasta la debacle de Lehman Brothers. Killinger, el CEO de Washington Mutual, aunque sabedor de su mala gestión al frente de WaMu, rechazó la oferta que Dimon le hizo pues sabía que su banco poseía las reservas necesarias y exigidas por la FED para subsistir sin ser intervenido y sin dejar de pagar sus deudas a corto plazo. Él, había querido construir en WAMUQ “el Wal Mart de la banca”, pero lo cierto, es que el tiempo ha demostrado que no lo hizo tan bien como para sobrevivir a las enbestidas de los Rockefeller y los Morgan. Es más, las declaraciones de los ex empleados declarantes en las investigaciones del Subcomité del Senado reunido para investigar el caso WaMu han demostrado que el banco había sido dirigido de forma muy imprudente, y sobre todo, en su área comercial, donde se gestó una notable parte de las hipotecas-basura que poblaron el panorama estadounidense en la primera década del S. XXI.

Ya a principios de septiembre del 2008 el plan de ayuda del Gobierno americano a la banca empezaba a parecer inevitable. De alguna forma había que rescatar a las grandes empresas, y por supuesto, a los grandes bancos. El ambiente financiero internacional empezaba a estar más que viciado. La razón esgrimida para los rescates sería  “el riesgo sistémico”, la quiebra del sistema nacional de los Estados Unidos parecía posible, algo que poco más tarde sucedió con Islandia. De repente, en septiembre de 2008, lo más temido ocurrió, Lehman Brothers quebró y el Gobierno estadounidense no lo rescató. Esto sucedió a principios de septiembre, y en tan sólo dos semanas, WaMu fue intervenido por la FDIC. Pero WaMu fue confiscada, no quebró. Por razones de riesgo el regulador americano, es decir, la FDIC, decidió intervenir el banco en lo que algunos medios de comunicación calificaron como una acción prudente y necesaria.  Lo cierto es que para subsistir hasta el rescate que Obama concedió a los grandes bancos, a WaMu, le hubiese bastado con aguantar unos meses más, pero fue confiscada, expropiada sin resarcimiento para sus accionistas. La pregunta que cabe hacerse y las razones que la FDIC argumenta para tal intervención son el pánico público que se había generado en torno a la compañía y su solvencia. Pero, ¿es esta razón suficiente para la intervención del banco? Esta claro que si no se hubiese intervenido el banco y se hubiese producido un “corralito” hubiese cundido un pánico mucho mayor. Pero, ¿y si no se hubiese producido una intervención ni ningún corralito? Y si las instituciones financieras hubiesen dicho públicamente que WaMu era un banco solvente…

Lo curioso de este asunto es que tan sólo dos semanas después de la confiscación WaMu fue vendido a JPM Chase por 1.900 millones de dólares, la FDIC fue quien negocio todas las condiciones. En el momento de la venta los activos con los que el banco de Seattle  contaba eran 2.300 oficinas en 11 estados y 143.000 millones de dólares en depósitos. Un dato curioso es que los Rockefeller y los Morgan son las familias que posiblemente más se han beneficiado de las crisis económicas y políticas de los Estados Unidos. Y también, que estas familias ahora se encuentren unidas en JPM Chase tras la fusión en el año 2000 de sus dos grandes bancos el Chase Manhattan Corp. y el JP Morgan & Co.

A los accionistas de WaMu se les condenó al ostracismo y se quedaron sin cobrar ni un sólo dólar. Las antiguas acciones que llegaron a valer 40 dólares a finales de los 90 pasaron a valer 0,002 céntimos de dólar, y en la actualidad, cotizan en el mercado OTC, “Pink Sheets”, al que algunos brókeres maliciosos califican como “Pink Shit”. Desde entonces, las acciones de WaMu han ido a la deriva a la espera de que la juez Mary Walrath haga justicia sobre un banco que se encuentra en Chapter 7 y con un Equity Committe aprobado desde hace meses. Los antiguos accionistas y bonistas de WaMu no han tirado la toalla y han denunciado a la FDIC y a JPM Chase por prevaricación.

Por otro lado, Kirsten Grind, una periodista del Puget Sound Business Journal, ha sido nominada finalista de los Premios Pulitzer 2010 por sus investigaciones sobre la confiscación de Washington Mutual. En sus investigaciones la periodista ha demostrado que en Septiembre de 2008 WaMu poseía suficiente liquidez para hacer frente a sus deudas y para seguir funcionando como cualquier banco comercial. El caso parece tener un largo camino por recorrer y resulta cuando menos controvertido que JPM Chase acudiese tan sólo 2 meses después de la adquisición de WaMu al TARP, plan de ayuda y rescate de Obama a la banca. ¿Por qué unos sí y otros no? Posiblemente porque JPM Chase representa la élite aristocrática de banqueros que ha dominado al país norteamericano durante más de un siglo y WaMu sólo era un banco de más de un siglo de ahorradores. En cualquier caso, los hechos evidencian que las instituciones americanas no obraron bien. La justica está por dirimir que pasará finalmente con WaMu. Desde mi punto de vista este es un caso de competencia desleal, de colusión, de principios básicos de subsistencia del capitalismo liberal frente al capitalismo salvaje. Quizás el gran error fue no haber vendido el banco cuando ofrecían 8 dólares.

  4 comments for “Sobre quiebras, ahorradores y aristocracias bancarias

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Danilovich
    23/04/2010 at 12:54

    Muy bueno Jaume. Lo que han hecho con Washington Mutual no tiene nombre!

  3. V
    23/04/2010 at 21:14

    Muy completo, Jaime. Gran artículo!

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