Nacido hace 58 años en Bilbao, José Ignacio Goirigolzarri, es doctor en Ciencias Económicas y ha dedicado toda su vida profesional a la banca comercial desde que en 1977 comenzó a trabajar en el Banco de Bilbao. Allí es donde desarrolla la planificación estratégica que posteriormente fue fundamental para la fusión con Argentaria.
En 1992, Goirigolzarri es nombrado director general de BBV dirigiendo hasta 1998, la unidad minorista del grupo y la americana, en los albores de la expansión por esa región del Grupo. Mientras tanto, en 1994, pasa a formar parte del Comité de Dirección de BBV, y tras la fusión con Argentaria en 1999, Goirigolzarri es nombrado responsable de todos los negocios en América Latina, y en el 2000, consejero de BBVA Bancomer.
Pero no es hasta el 2001, cuando José Ignacio Goirigolzarri no da el gran salto en la banca comercial, siendo nombrado consejero delegado de BBVA, cargo que a su vez, y gracias a la expansión de la entidad le permite ostentar el mismo puesto en la entidad china Citic y entre 2002 y 2003, las vicepresidencias de Repsol y Telefónica, debido a la presencia accionarial de BBVA en ambas multinacionales.
La polémica llegó con Goirigolzarri en octubre de 2009. Entonces sus discrepancias con FG provocan su salida del banco. Pero no se fue con las manos vacías. No cobró indemnización, sino una indemnización adelantada de 3 millones anuales hasta los 53 millones de euros que obtendría cuando cumpliese los 65 años, algo que ahora puede paralizarse si se confirma su vuelta al terreno laboral como presidente de Bankia. Además, Goirigolzarri contaba con un plan de incentivos por el que recibió 4 millones de euros en acciones de BBVA. Una salida millonaria que, algunos miembros de la clase política, llegaron a tachar de obscena y escandalosa.