Los problemas de la economía no pasan sólo por un paro del 20% y la caída del motor constructor, que tardará años en recuperarse. Con una de las productividades más bajas de la eurozona, la deficiente formación de parte de sus jóvenes en comparación con sus vecinos y un desarrollo tecnológico escaso… la subida de los precios y la falta de crédito que se atisba pueden frenar aun más la débil recuperación.
El crecimiento de la economía española en el último trimestre fue tan sólo de tres décimas, o dos si tomamos los datos del Banco de España, una desviación irrelevante a nivel estadístico, y que muestra la atonía y estancamiento de la actividad, provocada por el elevado paro, los ciudadanos siguen sin apostar por el gasto, la fragilidad de las PYMES, acuciadas por una falta de crédito que estrangula su día a día, y la caída continua del mercado inmobiliario. Causas que forman un círculo vicioso del que hoy por hoy se ve difícil salida. Los malos datos de la economía española chocan con el comportamiento ágil y voraz de sus vecinos. Y es que países como Alemania no sólo se centrando en sus sectores punteros, las exportaciones industriales, y ahora, gracias a la adopción de medidas como las jornadas laborales parciales o las facilidades a empresas pioneras, ven como el consumo y la inversión en tecnología son los motores de su carro.
¿Está España en estanflación? El término, acuñado en la Cámara de los Comunes británica en la década de los 60, muestra la parálisis económica junto al ascenso generalizado de los precios. Este fenómeno está ocurriendo en España al menos desde el verano de 2010 y los tímidos crecimientos de los últimos trimestres son la constatación. La receta es complicada: mayor liquidez a consumidores y empresas para facilitar su inversión y que redunde positivamente en la actividad generaría más inflación. La otra opción sería un recorte del crédito para evitar el alza de los precios; ya se está viviendo y los efectos vemos que son perniciosos: autónomos que no pueden pagar sus facturas, familias con apuros a fin de mes ante la subida de sus hipotecas, imposibilidad de obtener préstamos para ser emprendedor.
Las soluciones son complicadas, más si coinciden con ajustes de gasto para reducir los niveles de endeudamiento y el BCE le pega una patada a tu economía al subir los tipos. La respuesta estaría a largo plazo con medidas que favorezcan la inversión tecnología, el aumento de la competitividad y la mejora de la formación en los ciudadanos/files/trabajadores. Pero seré pesimista, si en la década de expansión de los gobiernos de Aznar y la primera legislatura de Zapatero, cuando el dinero llovía a raudales, el diferencial que nos separaba con la Europa desarrollada no se reduzco porque se prefería el dinero fácil de construir casas en la playa y era más importante comprarse el último coche o televisor, ¿alguien apuesta porque cuando hay que apretarse el cinturón, el poco dinero que quede vaya a esas partidas? Veremos que demanda la generación perdida española…
Por primera vez en la historia reciente española, una generación va a dejar a sus hijos menos recursos, menos derechos sociales y un “estado del bienestar” con mayores limitaciones. Hay que hacer algo, y la solución no está en votar PP ni PSOE