Cualquier persona que esté mínimamente interesada en el mundo del marketing online se habrá encontrado con miles de situaciones en las que el lado oscuro del marketing digital le ha tentado. Estoy hablando de cosas como comprar seguidores en Twitter, Likes en Facebook, links para tu página web y otras ofertas similares que te puedes encontrar por internet en cientos de páginas web.
Reconozcámoslo, somos humanos, y como tal, todos nosotros tenemos un lado oscuro. Nuestra ambición y egoísmo, nuestro ego personal, nuestras ansias exacerbadas de ganar por encima de cualquier cosa, nuestra codicia, nuestra envidia… y otros tantos defectos que no me voy a poner a enumerar.
Las preguntas que nos formulamos son las siguientes: al fin y al cabo, ¿para qué voy a gastar tiempo y dinero en algo que puedo conseguir pagando 10, 15, 30 o 100€?. ¿Por qué no voy a comprar 1.000 seguidores en twitter si eso dará un impulso inicial a mi cuenta?, ¿Cómo no voy a comprar 2.000 likes en Facebook?, mi empresa tiene una reputación que salvaguardar y no puede empezar de cero. ¿Por qué no voy a comprar links desde páginas web .edu y .org apuntando hacia mi página web para que me hagan subir posiciones en los buscadores de forma rápida y eficaz?
La vida está llena de tentaciones y atajos que a primera vista nos acercan antes a la meta que perseguimos, tomar esos atajos suele depender de decisiones personales. Incluso cuando hablamos de situaciones empresariales, la última decisión siempre recae en una persona. El caso es que cuanto más íntimamente estamos ligados con la toma de decisiones éticamente cuestionables menos capaces somos de ver lo infectados que estamos por el lado oscuro, menos nos damos cuenta o queremos ver que estos atajos están llenos de trampas. Trampas en las que caemos por creernos más listos que nadie, más listos que todo el equipo AntiSpam de Google y Marck Zuckerberg juntos. Sin darnos cuenta de que esa rueda que pensamos comprar ya fue inventada hace años, pues los algoritmos de Google detectan una media de 150.000 sitios webs spam al mes y las redes sociales también tienen algoritmos que detectan usuarios falsos y Spam. Si, hasta cierto punto se puede engañar a las personas, pero engañar a máquinas y programas informáticos resulta bastante más complicado.
Pero es que además, las personas también somos lo suficiente inteligentes como para detectar cuentas fake que han comprado likes o seguidores: si tu página de Facebook tiene 10.000 likes y tus publicaciones apenas tienen 5 likes, has comprado likes. Si tu Twitter tiene 20.000 seguidores, sólo sigues a 1.000 personas y no contestas ni hablas con más de 3 o 4 personas, es que o eres una celebrity o tienes miles de seguidores fake. Si tu Twitter está repleto de nombres de seguidores ininteligibles con cara de huevo, tus seguidores son fake. No te engañes y no intentes engañar al personal, porque no tiene ningún sentido y estás perdiendo tiempo y dinero.
Si hay algo que tengo claro en mi vida es que no todo se puede comprar con dinero, y de hecho, aunque se pudiese comprar, el resultado no es el mismo. La satisfacción del logro no es la misma, el triunfo está vacío de contenido, vacío de sentido.
Y ahora, después de esta disertación sobre lo que no es éticamente correcto en el mundo del marketing online, sobre lo que te puede cobrar una factura gorda. Piénsatelo dos veces antes de poner tu reputación online en juego y haz como yo hago, aplícate la frase del maestro Yoda, “difícil mi misión es, pero imposible no”.
Imagino no son palabras huecas como el marketing oscuro, esa opción clara del ego poco ético es camino continuo del mal universal y del progreso social humano, por supuesto creo que hay metas, objetivos, logros o intenciones que son complicadas y difíciles, pero que por supuesto no son imposibles, por eso también creo en no dejar de andar adelante para desarrollar esas ideas, por supuesto “ideas de bien” sin lados oscuros, seguramente dormiremos mejor aún de no conseguir el logro deseado, pero satisfechos de haberlo intentado… Siempre habrá una nueva oportunidad si haz dejado buena huella en tu camino y en la mirada sana del que esperó de ti “hacer el bien”, y más aún en tu corazón de bien.