Si no me equivoco, creo que estamos ya en el tercer año de crisis. Desde el principio nos dijeron que España era uno de los países que más se iba a resentir. Esto se debía a la confluencia de una crisis financiera internacional y de una crisis propia asociada al sector de la construcción. Pues bien, cada día entiendo más y menos la crisis en la que vivimos y a la que parece nos estamos acostumbrando a vivir.
Vayamos por partes. Por un lado, tenemos que nuestro capital, entregado per se a las entidades financieras, estuvo siendo invertido en opciones de compra de otras opciones que posibilitaban la futurible compra de unas supuestas acciones que la gente ni sabía de qué eran. Especulación. Esto reventó y arrastró a todo el mundo. Nos contaron que nuestro sistema bancario aguantaría, que el modelo español y su provisión de fondos podrían hacer frente a estas eventualidades. Así sucedió. No sólo eso, sino que tenemos a dos bancos metidos entre los 25 mayores del mundo.
Por otro lado tenemos nuestra crisis patria. Durante, más de diez años España vivió el auge de la construcción descontrolada, hemos construido casas para el triple de la población que vive aquí. Especulación. Todos nos beneficiamos con ello. Pero era más que evidente que esto algún día acabaría. Ese día aún no ha llegado, todavía no se han desplomado los precios de las viviendas, pero ya se nos han abierto los ojos.
El que no haya habido un crack en los precios del mercado inmobiliario se debe a que, primero, a nadie individualmente le interesa, y segundo, los grandes beneficiarios de esta burbuja ya habían repartido beneficios.
Este análisis roza el absurdo por su simpleza, no quiero profundizar en ello porque han creado un sistema tan complejo que en realidad cuando alguien habla como que entiende de algo, en el fondo, él mismo sabe que no tiene ni puta idea. Pero a fin de cuentas estamos hablando de algo tan simple como dejar pasta y devolverla.
Si tenemos unos bancos ganan más y más pasta cada año, que los industriales nunca han perdido y que los constructores no ganan, pero no pierden. Que si no puedes pagar la hipoteca o sus intereses te quitan el piso y encima no saldas tu deuda, a esto en otros tiempos se le llamaba usura, yo lo voy a llamar timo, estafa o chantaje. Pues me da que la que va a perder en esta crisis va a ser la sociedad, el estado del bienestar, los avances de cincuenta años del modelo europeo de crecimiento. Es decir, todos como colectividad.
Pondré un ejemplo, el principal y más sangrante ejemplo. Las Cajas de Ahorros. ¿Cómo es posible que éstas vayan a desaparecer y los bancos no hagan más que ganar dinero?
Las cajas son básicamente lo mismo que un banco, con la diferencia de no tener ánimo de lucro y tener que destinar parte de sus beneficios a obras sociales. Pues por eso mismo van a desaparecer, porque pese a estar consideradas empresas privadas, son un ejemplo de la colectividad. Todos tenemos aprecio por las cajas de nuestra tierra. Éstas están dirigidas por gente relacionada con la política autonómica. Éstas se han comido toda la mierda de la doble crisis.
Las Cajas han financiado gran parte de las promociones urbanísticas de nuestras ciudades. Como sus dirigentes no contaban con un reparto de beneficios, se subían los sueldos y dietas, invertían en fondos de riesgo, daban créditos a gente de dudosa solvencia, financiaban equipos deportivos sin ningún tipo de rentabilidad, etcétera. Total, no era su dinero. Era el nuestro. Ahora nos venden que esto es insostenible. Que aunque se fusionen, que aunque no hayan malinvertido el dinero, van a desaparecer.
No se puede dejar nuestros ahorros a gente que le importa tres cojones lo que ocurra con ellos porque van a cobrar lo mismo. Y a fin de cuentas, los responsables últimos son nuestros dirigentes.
Nuestros monstruosos bancos se van a hacer con el trozo de pastel que van a dejar libre las Cajas. Éstas son propietarias de miles y miles de pisos que si se sacasen a la venta se desplomarían el mercado inmobiliario, y esto no puede ocurrir. ¿O sí?
Cambiemos el modelo hipotecario, que se reviente la burbuja inmobiliaria de una vez, que se hunda el precio de los pisos, que los que no puedan pagar su hipoteca salden sus deudas entregando el piso que la avala. Que reformen el sistema crediticio. Que no se apruebe la Ley de Economía Sostenible, que para lo único que va servir es para poner más impuestos y tasas para pagar las fortunas que se han hecho en esta crisis. Que nos dejen mentir. Que dejen de chupar del bote tantos y tantos malversadores. Que ya huele.
Todo esto pasa por la reforma de la clase política, y por tanto del sistema electoral.
Estoy en desacuerdo contigo en bastantes aspectos y creo que has cometido bastantes inexactitudes pero dicho lo cual…. Viva la libertad de expresión. Además, por otro lado, parte te razón si que tienes.