Messi multiplica (por cuatro) su leyenda

Los adjetivos para definir el papel de Lionel Messi en la actual idiosincrasia futbolística se han agotado. Sus actuaciones se pueden definir como estratosféricas, sublimes, geniales, imparables. Da igual, porque sólo pueden encuadrarse en un lenguaje narrativo o novelesco. Además, sólo abordarían conceptos que no llenarían el verdadero papel que el argentino desempeña para agrandar una historia no descrita que no ha hecho sino comenzar, pero a la vez maximizar la figura que entraña tras su mínima estatura. Messi ya ha dejado de jugar contra los demás. Lo hace para él mismo y los suyos. Para agigantar lo que puede ser en la historia del fútbol, en la semblanza de un Barcelona que, con él como referente, ya ha hecho historia logrando seis títulos en una temporada y monopolizando el placer del fútbol exquisito, del juego coral. Ahí radica otra de las vastedades de Messi: sabe destacar individualmente en un conjunto que supone una elegía del juego colectivo.

Ayer el Barcelona logró clasificarse para semifinales de la Champions League por tercer año consecutivo asiéndose a Leo Messi. Sólo necesitó dos minutos para empatar un encuentro entronado bajo una partitura diferente a la prevista. El gol del Arsenal avorazó a un jugador que sólo sabe jugar, a un futbolista que necesita del fútbol para definirse a sí mismo. El tanto del empate dejó esa imagen tras de sí: Messi celebrando el tanto a la vez que espoleaba a un Camp Nou que sabe de la necesidad que tiene del argentino para revitalizar su áurea de magnificencia. Esa instantánea demuestra que Messi es genio, pero también figura de un conjunto que aplaude semanalmente los monólogos futbolísticos del delantero.

Quizás el secreto de la grandilocuencia ofensiva de Messi es que ha sido adaptado perfectamente a sus condiciones y ahí, Guardiola guarda gran parte del mérito que ahora todos alaban en el argentino. El entrenador blaugrana ha entenido que Messi puede encajar en cualquier elemento del esquema azulgrana. Debe ser el canalizador del caudal ofensivo del equipo, bien sea como extremo, segundo punta, delantero centro o volante atacante que oriente a los excelsos laterales del equipo y al ariete de referencia. Aún así, Messi se merienda rivales y equipos él sólo. Es indiferente su ubicación sobre la pizarra, porque bajo el tapiz del terreno, el argentino conoce perfectamente sus virtudes y explota a la perfección las cualidades que le han entronado como el nuevo referente del fútbol mundial, ese que ahora respira bajo los poros de cualquiera de sus gambeteos.

Messi no aguarda un momento para demostrar quién es, para justificar las comparaciones que anhelan duopolios de poder en el reino futbolístico. A él le da igual. Conoce los secretos que emanan de su juego y los aplica cada vez que el equipo necesita de alguna genialidad. Los monólogos se han hecho constantes cuando Messi tiene que demostrar que es el anclaje vital bajo el que mover la historia actual del fútbol, esa en la que su equipo guarda gran parte de la esencia. Ahora el Barcelona ha dado un paso más para la historia superlativa que él mismo ha generado. Eso sí, anudado bajo la grandeza de Messi. Esa que no necesita de grandes gestos, sólo de descomunales actuaciones.

  10 comments for “Messi multiplica (por cuatro) su leyenda

  1. Christian
    07/04/2010 at 15:06

    Lo de ayer fue descomunal. Mis alabanzas a Messi y mis felicitaciones al autor del post, muy bien escrito.

  2. danilovich
    07/04/2010 at 19:38

    El Messi!

  3. V
    08/04/2010 at 05:58

    Sólo un genio puede convertir un mero deporte en arte, sólo un equipo puede vencer a su propia leyenda para engrandecerse cada vez más.

    Grande Josu!

    • danilovich
      08/04/2010 at 19:11

      Grande Josu y grande Messi

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