Existen libros en la vida de un escritor que son indestructibles, aquellos que hasta sus detractores elogian. Este es el caso de Mortal y rosa. Aquí está el Umbral más lírico, íntimo, el de la introspección luminosa. Diferente de sus novelas más populares (El giocondo, Las ninfas) de su provocador Diccionario de Literatura o de esa glosa-homenaje que es Trilogía de Madrid.
Tampoco está aquí el sarcasmo corrosivo de sus columnas o ensayos. Está esa literatura testimonial, el yo, la memoria. Un tapiz construido con prosa y poesía llenas de música, de cadencia, de vitalidad.
El argumento está ausente. Sólo el fluir de las palabras sobrevolando ese drama privado: la enfermedad y muerte de su único hijo. Pero se aleja Umbral de los golpes bajos, del regodeo en el dolor. Transformando el desorden del mundo en imágenes, metáforas y estilo:
“Niño mío, hijo, fruta fugaz, manzana en el mar, siempre lo he dicho, milagro instantáneo, doblemente imposible, estoy aquí, en el desorden de tu ausencia, entre los colores, animales, objetos, hierros, ruedas y seres de tu mundo, tan muertos sin ti, juguetes de un sol solo que apenas los roza, y me mira tu ausencia desde todas las paredes, encarnas en fotografías cuando halago el tacto de la nada. No estás”
Para algunos críticos es una novela lírica. Otros la consideran un poema en prosa. Quizás acierta la definición que José Manuel Caballero Bonald acerca en su prólogo: “depurada síntesis del diario íntimo”.
Francisco Umbral fue un escritor prolífico, dueño de una prosa por momentos feroz, cronista de su época, columnista entrenado, cultor de la ironía y el humor por igual. Sus más de ochenta libros dan testimonio de ello. Así como sus miles de artículos dispersos en diarios y revistas. Alguien le preguntó cual era su materia para la escritura y contestó certero “La memoria, no hay otra. Pero la memoria en vigilia, despierto”.
Hasta hay en el libro una declaración de cómo fue concebido:
“Sucesivas iluminaciones concéntricas, rueda de instantes, un faenar con el presente, hasta agotarlo”
Una obra que es como un mar furioso donde las olas rompen imponentes. Y las que vienen detrás son más altas, potentes e irrepetibles.
Grande Umbral!!! Un poco pirado en su última época y bueno, ni que decir en la foto parece un digno heredero de Verlaine
Grande Umbral!!! Un poco pirado en su última época y bueno, ni que decir que en la foto parece un digno heredero de Verlaine
Muy buen post. Me gusta la ironía de los articulos de Francisco Umbral, como: guia de pecadores; fetichísmo; La fabula del falo, y uno que realmente me gusto por su clarividencia ” un carnivoro cuchillo “, sinceramente, un tipo no comprendido, pero realmente genial. Muy bueno, lo tuyo Andres, Saludos cordiales, Diego