Amigo Pelícano

Hoy  que te vi por la mañana,

En la arena de la playa,

Arrastrado por las olas,

Se entristeció mi corazón.

Me di cuenta que luchabas,

Por regresar sobre las aguas,

Más tus alas decían: no!

Atrás se han quedado, tus chapuzones en el agua,

Y tu caída libre a gran velocidad,

Tu plumaje se ha caído,

No queda más aquel abrigo,

Que te protegió de la tempestad.

El ocaso te ha llegado,

Y la fuerza no te alcanza,

Para volver a despegar,

Para emprender el vuelo alto,

Y extender tus alas hacia la libertad.

Duerme tranquilo y en paz,

Y cuando llegue mi hora de realizar el mismo viaje al más allá,

Recíbeme con un vuelo suave y raso sobre las olas de la mar.

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